Lic.Pablo Arturo Díaz González
Editor general Revista Rupturas
Es probable que a todas las personas que trabajamos en el ámbito académico nos haya llegado alguna vez un correo electrónico con un mensaje en el que el remitente se presenta como el editor de una revista científica, nos dice estar familiarizado con nuestro trabajo más reciente, y que en su revista tienen gran interés en que les enviemos el mismo para que sea publicado. Esta es una de las maneras más comunes en que operan las denominadas revistas depredadoras o espurias (predatory journals).
Las revistas depredadoras son publicaciones académicas que, a simple vista, parecen legítimas, pero en realidad carecen de los estándares de calidad y ética propios de las revistas científicas reconocidas. Su principal objetivo es obtener ganancias económicas al cobrar a los autores por el envío de sus artículos, y para ello se valen de prácticas engañosas como emular la apariencia de revistas legítimas, sus sitios web suelen ser muy similares a los de publicaciones académicas reconocidas con el fin de generar confianza, no cuentan con una revisión por parte de evaluadores, y pese que pueden indicar en sus páginas que los artículos pasan por un proceso riguroso, esto es falso.
Para enganchar a los autores prometen tiempos de publicación muy cortos: Usualmente señalan tiempos de publicación inferiores a los dos meses, lo cual es irreal para un proceso de revisión riguroso. Hay que tomar en cuenta que el proceso de revisión de una revista científica de calidad incluye como mínimo los siguientes pasos: 1) revisión de presencia de plagio, 2) revisión de uso de Inteligencia Artificial, 3) cumplimiento de normativas y lineamientos, 4) revisión por pares expertos, 5) revisión de estilo y filología, 6) maquetación, 7) marcaje, 8) diagramación y 9) publicación. Cada uno de estos pasos requiere de tiempo, y además debe tomarse en cuenta que cada corrección solicitada al autor -y que este realiza- debe pasar por un nuevo proceso de revisión para asegurar su cumplimiento.
Otra característica que delata a este tipo de revistas es la información falsa que presentan en sus páginas. Muchas veces indican estar indexadas en índices rigurosos como Scielo, Web of Science, Redalyc y Scopus, entre otros, pero al hacer la revisión directamente en los sitios web de tales índices no es posible encontrar a dicha revista. Sucede igual con las personas que indican forman parte de su consejo editorial, que no suelen contar con enlaces a sus redes académicas, correos institucionales o identificadores -como el ORCID- para corroborar que realmente forman parte de la revista.
La existencia de estas revistas erosiona la calidad de la investigación, ya que al publicar trabajos de baja calidad que no han pasado por un correcto proceso de revisión y mejora, contribuyen a la desinformación y perjudican a la comunidad científica y académica. Además, los autores que publican en ellas son engañados, perdiendo tiempo y dinero, y las instituciones a las que pertenecen pueden sufrir daños a su reputación.
Antes de hacer un envío a una revista siempre es recomendable hacer una revisión a profundidad de esta y asegurarse que la información que presenta sea real, que aparezcan en los índices que señalan en su sitio y que estos sean índices rigurosos, y revisar de manera crítica otros artículos que han publicado para verificar su calidad.