Licda. Megan López La Touche,
divulgadora académica
El pasado domingo muchos de nosotros nos dispusimos a preparar nuestro snack favorito y a listar nuestro lugar favorito en el sillón, ya que se jugaría la edición número 59 de Super Bowl entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles.
Spoilers….. Los Eagles terminaron ganando el partido 22 a 40.
El Super Bowl reúne a conocidos y ajenos del deporte en un momento preciso, el show del medio tiempo. Este año el rapero estadounidense Kendrick Lamar fue el encargado de llevarnos el entretenimiento y aunque para muchos que ya superamos la barrera de los 30’s años el cantante nos era desconocido, pero no lo fue su mensaje cargado de simbolismos.
“Este es el gran juego americano “, así nos dio la bienvenida el tío Sam, personificado por el actor Samuel L. Jackson, sobre un escenario que incluía los botones del control del playstation. Por su parte Lamar nos decía que “La revolución va a hacer televisada. Escogieron el momento correcto, pero al tipo equivocado.”
Esta frase puede ser vista de dos maneras. La primera y que fue muy clara, es que sin tener que mencionarlo el mensaje iba dirigida a Donald Trump, quien se encontraba en el estadio durante el juego, y quien desde su campaña presidencial se ha ido en contrario de las minorías de este país. La segunda manera de verla es como una crítica hacia los medios comunicación, quienes en ocasiones evitan mostrar la lucha real de la comunidad afroamericana.
Asimismo, cuando el “tío Sam” nos da la bienvenida al “gran juego americano” no se estaba refiriendo a lo que estaba sucediendo entre los equipos, sino a ver a Estados Unidos y a su sistema como un juego ¿pero un juego que beneficia quién?
Otro simbolismo que fue claro durante el espectáculo fue ver la bandera estadounidense dividida, haciendo una clara referencia a la marcada polarización que existe en la sociedad en estos momentos y teniendo conocimiento de los planes que ya ha comenzado a ejecutar Trump durante este nuevo mandato.
Durante las pequeñas, pero significativas, intervenciones que hizo Samuel L.Jackson hubo dos que hicieron un fuertes llamados de atención; la primera al decirnos que el tono en el que estaba interpretando Lamar era muy ruidoso, muy peligroso, muy ghetto, todo esto entendido de que a lo largo de la historia así ha sido visto al hip hop y sus cantantes dentro Estados Unidos.
La otra frase que fue sencilla de descifrar fue: “Mira, de eso estoy hablando, eso es lo que Estados Unidos quiere. Agradable y tranquilo”, que se puede traducir como que Estados Unidos quiere ver a sus minorías controladas, sin pelear por las reivindicaciones de sus derechos.
Un elemento sorpresa del cual pudimos disfrutar fue ver a la ex jugadora de tenis, Serena Williamns, bailando un particular baile, se trataba del llamado Crip wak o C-Walk, mismo que hicieron hace tres años el rapero Snoop Dogg en la edición 56 del Super Bowl. Este baile es asociado con la pandilla de Crips de Los Ángeles, a finales de los 70’s, y que era utilizado como un baile de identidad, pero también de resistencia contra la brutalidad policial que se estaba viendo en esa época.
Algo valioso de rescatar del baile de Serena es que tanto ella como Lamar crecieron en la ciudad de Compton, siendo este un lugar en el cual se desarrolló una poderosa escena del hip hop.
Por ahí dicen que los símbolos no son solo signos sino construcciones de los significados de como entendemos el mundo y esto fue lo que Kendrick Lamar nos quiso transmitir sobre la situación actual de Estados Unidos con este show de medio tiempo.
Con la frase “El juego ha terminado” Kendrick Lamar se despidió del Super Bowl,no sin antes dejarnos una última reflexión; el cambio está ocurriendo en estos momentos, pero con la persona equivocada y que sí conocemos las reglas del juego pero por qué seguirlas cuando el sistema no respalda a sus jugadores.