Por Eva Carazo Vargas y Tanya García Fonseca

1Serendipia

Es una experiencia transformadora cuando unas coordenadas geográficas dejan de ser una referencia en un mapa, cuando se convierten primero en imágenes y poquito a poco también en sensaciones, en olores, sabores, sonidos... pero es todavía más apasionante cuando ese lugar se convierte en gente, en sus nombres y costumbres, en sus anécdotas y realidades.

Eso se vive en el trabajo de investigación, cuando es posible hacer trabajo de campo, y especialmente si se aborda con participación de las comunidades (geográficas o de sentido) relacionadas con el tema que se está investigando. Aunque se trate de hacer observación no participante siempre se crea un vínculo con la comunidad en que se está desarrollando la investigación, cuando se empieza a desmenuzar y comprender sobre sus dinámicas, sus formas de relacionarse, sus costumbres, el observar su cotidianidad, esta práctica se convierte en una nueva experiencia para quién investiga, se convierte en una nueva pieza de rompecabezas que conforma parte de su vida y le permite ampliar su mirada, le da la oportunidad de experimentar la vida desde otras perspectivas, de observarla a través de otras miradas y ampliar su comprensión del fenómeno social, además le da nuevas herramientas para hacer frente a situaciones similares que se le puedan presentar en el futuro. Pero también, le agrega un dolor cuando ve realidades que no puede transformar como quisiera, cuando observa injusticias, entonces, no es que hace oídos sordos, sino que se llena de fortaleza para aceptar que el cambio nunca es inmediato, que mientras sea fiel a sus principios e ideales y sea respetuoso y moralmente ético, sus acciones poco a poco irán aportando para transformar la realidad.

Al investigar, ese lugar/comunidad se va a ir convirtiendo en recuerdos cargados de sentidos y emociones y además en datos, en dinámicas sociales y en relaciones de poder, en la intersección de contradicciones y desigualdades y además de resistencias, saberes y alternativas… Ese lugar puede darle forma a preguntas y a reflexiones que a su vez renuevan la mirada cada vez que se regresa, y se transforma también con la huella que dejamos. Se trata de un proceso que sigue métodos rigurosos y tiene sus propias formas de registro, sin embargo, es difícil que un artículo o un informe académico recoja el estallido de colores de una finca agroecológica, o la resolución en la voz de una campesina que decide defender sus semillas a cualquier costo, o la mirada llena de esperanza de mujeres que buscan aprender cómo presentar un documento ante una institución estatal.

Hay algo de magia en ese camino de ir asociando espacios, rostros e historias con un tema de investigación y con el lugar donde se desarrolla. Por ejemplo, Los Chiles, adonde llegamos desde el CICDE hace tres años como parte de un proyecto sobre los impactos sociales, ambientales y laborales que tiene el monocultivo extensivo de piña. El primer año se llevaron a cabo giras mensuales, se coordinó con otras instancias para poder ir atendiendo diversas demandas por parte del grupo con el que se tra2serenpendiabaja en La Virgen de Los Chiles, ese año estuvo cargado de diversidad de reuniones, actividades, rostros, anhelos, esfuerzos, ideas… pero en el año 2020 la pandemia nos obligó a cambiar el chip, apenas hemos podido hacer un par de visitas, y no ha sido sencillo. La comunicación virtual se volvió un reto enorme, porque trabajamos con comunidades donde no hay buena conexión a internet, hay que pensar en el costo que implica para las personas el poder usar los datos para conectarse desde sus teléfonos celulares, además, aunque las estadísticas nacionales digan que casi el 100% de las personas saben leer y escribir, la realidad en esta comunidad es muy distinta; entonces toca tener eso en cuenta, pensar otras formas para seguir en contacto, para mantener el vínculo que se ha ido creando, para conservar la confianza que depositaron en nosotros, al permitirnos no solo entrar en sus casas sino en sus vidas, en sus relaciones comunitarias, en compartir sus sueños para que a través del trabajo en conjunto se conviertan en realidad.