Carlos Steven Vargas Figueroa,
investigador comunitario y autoridad cultural del pueblo bribri de Salitre
Los servidores culturales son los óköm, los bikakla, los awá, los tsirutmi, los siatmi, estos juegan un papel muy importante en nuestra cultura bribri. Estos han existido desde el comienzo de la creación de SIBO. Pero con la llegada de los españoles y la invasión a nuestros territorios, impacto fuertemente a los bribris, ya que, con la religión, la educación, quisieron dominar la psicología de los bribris durante la colonización se sufrió un impacto negativo, donde por no aceptar las perspectivas de ellos se dio un choque y hubo todo tipo de afectación tanto físico, como psicológico y emocional y hasta muertes. Sin embargo, seguimos resistiendo en la lucha constante.
Los no indígenas con su poder imparable que los denominaba ingresaron a los territorios indígenas supuestamente comprando finca, pero como el bribri no conocía de dinero creía que era gran cosa y se conformaba con lo que les ofrecían, muchas veces les mentía, solo les daba una pequeña parte y resto nunca lo pagaba, asimismo le ofrecía a los bribris cambiar tierras por cosas como perros supuestamente de cacería, o una vaca o caballo a punto de morir y esto prácticamente era estafa, pero los bribris eran ignorantes y se dejaba convencer de los no indígenas. Así fue como los bribris fueron perdiendo sus tierras y con ella su esencia y su cultura, ya que los no indígenas se robaban las tierras, deteriorando las montañas, los sitios sagrados y esto afecto en todos los ámbitos, ya que se extinguió los animales, las plantas medicinales. Este fue un tiempo difícil que enfrento los bribris.
A partir del año 1977 se fundó una asociación que se llamaba el Consejo de AWAPA, donde participaron los últimos awá y servidores culturales. De acuerdo con (Figueroa, 1987) el consejo de AWAPA estaba formado por:Telesforo Figueroa V (Awá de clan Broran teribe), Miguel Figueroa (Awá de clan Duriwak), Gregorio Figueroa O (Awá de clan Duriwak), Urbino Figueroa, (Awá de clan Duriwak ), Néstor Vargas Figueroa (Awá de clan Uniwak ), Manuel Granda Granda (Awá de clan Tubolwak)
En su mayoría eran awá, pero como ellos no sabían leer y escribir y solo hablan el bribri, hubo personas que apoyaron entre ellas se puede mencionar a Ezequiel Rojas O, Felipe Figueroa M, Enrique Figueroa, entre otros. Este consejo se creó con el fin de empezar una lucha contra los no indígenas que habitaban ilegalmente en territorio ya que como lo menciona (Figueroa Ortiz 1987, p. 1) “A los peores peligros que nos enfrentamos en este momento los indígenas nos sentimos desamparados, pero sin embargo nos satisface morir como humanos y como hombres por defender nuestras tierras, tierras de nuestros antepasados”. Con esta mentalidad se comenzó a luchar para rescatar y promover la cultura dentro del territorio para volver a mantenerse como pueblos indígenas.
Entre el 2000 y 2014 por ahí, durante estos años Sergio Rojas Ortiz de Clan Uniwak, como presidente de la Asociación jugo un papel muy importante, ya que el hizo todo lo posible para que salitre se volviera a restaura y declararse como pueblos originarios autónomos, acciones que se pueden mencionar; implemento leyes y medidas para que los no indígenas salieran de nuestros territorios, para recuperar lo que por ley nos pertenece, promovió la ideología de que debíamos mantener nuestra cultura, vivirlo y darnos a respetar, incentivo a pueblo a hablar el idioma bribri que se había perdido.
A partir del año 2015 el consejo de AWAPA cambia de nombre y se le llamo Consejo Ditso Iriria Ajkonuk Wakpa, esto porque con los años muchos de los que lo conformaban habían fallecido, otros tomaron otra dirección. Por lo que después de este año, se volvió a restaurar con el único awá que había que era mi persona Carlos Stiven Vargas Figueroa de clan Uniwak, asimismo se impulsó con mucha fuerza las recuperaciones de tierras en el territorio indígena de salitre. También cabe recalcar que las recuperación de tierras se dio porque se había enviado una carta al gobierno, solicitando el desalojo de las personas no indígenas que habitaban dentro del territorio y este nunca respondió por lo que varias personas indígenas, fueron a la Asamblea Legislativa a pedir una respuesta, pero no se obtuvo respuesta por lo que se quedaron haciendo huelga, pero al ser aproximadamente a las dos de la madrugada fueron arrastrados y echado a las afueras. Con esta acción se entendió que al gobierno no le importaba, ni mucho menos se preocupaba por la problemática que se vivía en el territorio, como el Estado fue y es incapaz de ejercer los derechos a los pueblos originarios, el pueblo bribri no tuvo otra opción de tomar justicia por su propia cuenta y realizar las recuperaciones de tierras.
También a partir del 2017 se empieza a incentivar a las personas del territorio a prepararse como oköm, tsirutmi, siatmi, bikakla y como actor fundamental para el desarrollo de estas preparaciones es CODIAWA.
En 2020 se empieza ya a formar a estas personas. Actualmente en nuestro territorio contamos con algunos servidores culturales en procesos de formación, esperamos que a futuro más personas se preparen.
De acuerdo con lo analizado en el territorio indígena de salitre, a pesar de que los servidores culturales son muy importantes hubo una época donde se dio un impacto fuertemente negativo, ya que la mayoría de los awá fallecieron, el idioma bribri se dejó de practicar, las actividades, como tiro con arco y flecha, hacer y cazar con cerbatana, hacer ollas de barros, cantar en bribri, guardar las dietas, entre muchas otras actividades desaparecieron, en vez de vivir lo nuestro se inculco otro idioma y otra cultura.
Pero también a través de los años, todavía seguimos luchando por nuestras culturas, nos dimos cuenta a tiempo que debemos rescatar nuestro origen, esto a surgido como un impacto positivo ya que hemos recuperado gran parte de nuestras tierras y con ellas las familias tienen donde cosechar sus propios alimentos, las aguas se mantienen limpios, los bosques se han restaurado, los animales silvestres se han reproducido, las plantas medicinales y arboles importantes se han desarrollado, hemos venido inculcando nuestro idioma en los niños ya que ellos son la nueva generación, hemos venido respetando las dietas, hemos venido incentivando el canto y baile tradicional (bulklok y duletok) así como la preparación de los servidores culturales.
El awá: es el médico de los bribris.
El oköm: es el encargado de la sepultura a los fallecidos bribris
El tsirutmi; es el encargado de preparar la bebida tradicional tsiru (cacao) en actividades sociales y en momentos fúnebres.
El siatmi: es el que trabaja con el awa, es el que le ayuda, cuida al awa y sus cosas importantes.
El bikakla: es el encargado de ayudar y prepara ceremonias en actividades sociales o en momentos fúnebres ayuda al espíritu de los bribris a regresar a Sulakaska (lugar de origen)
Figueroa, R. (22 de agosto de 1987) Consejo de awapa. La voz del indio sejto *Sejekto órgano oficial de los pueblos indígenas de Costa Rica. DIRECCION. San José, APDO. 906-2150 Moravia, San José; Talamanca, abastecedor lakira, Boruca.
Figueroa Ortiz (22 de agosto de 1987) Consejo de awapa. La voz del indio sejto *Sejekto órgano oficial de los pueblos indígenas de Costa Rica. DIRECCION. San José, APDO. 906-2150 Moravia, San José; Talamanca, abastecedor lakira, Boruca.
Autoras:
Backtori Golen Zúñiga
Daniela Castro Cabalceta
Eliza Vega Romero
Liliana Ramos Zanca
Fuente: Elaboración propia, fotos tomadas de mural en Acomuita, Shiroles, Talmanca. 2024.
Dentro de los territorios indígenas Bribris, el cacao ha sido un elemento muy importante a lo largo del tiempo, estando presente en diversas dimensiones de su vida e historia.
En su cosmovisión, el cacao está vinculado al surgimiento de los pueblos Bribris, ya que Sibö, su deidad, eligió y convirtió a Tsiru, una de las diferentes especies de cacao que hay en la zona (weron, skuaron, tsirú y tsro), en su esposa. Desde entonces, Tsiru (que es el cacao que conocemos tradicionalmente) es un cultivo vital, presente en sus dimensiones culturales, sociales, agro productivas, económicas y ambientales.
Se encuentra presente en la dimensión cultural, ya que es constituyente de su identidad y espiritualidad, siendo un fruto sagrado utilizado en los principales ritos y festividades de la comunidad (nacimientos, primeras menstruaciones, matrimonios, entierros).
Es importante rescatar que no existe una ceremonia del cacao como tal; esta es una tendencia occidental que se ha desarrollado entre los sikuas. Por el contrario, el cacao acompaña las ceremonias de la comunidad como símbolo de purificación. También se utiliza en el día a día para preparar productos medicinales, bebidas y en algunas recetas de cocina.
Aunado a lo anterior, el cacao es uno de los principales productos agrícolas de la comunidad, que se ha comercializado desde siempre. En los años 70, llegó la plaga llamada monilia, que afectó bastante la producción; sin embargo, las comunidades se propusieron hacerle frente a esta situación y seguir produciéndolo de forma orgánica.
Para estos pueblos, poder producir sus productos de una forma natural y en equilibrio con su entorno es muy significativo, por lo que se han esforzado en mejorar la producción de cacao, a la par de proteger y conservar la naturaleza que les rodea.
Fuente: Elaboración propia, 2024.
Sobre la dimensión económica, nos contaban que en sus inicios el cacao funcionó como moneda de intercambio y, aunque se considera un fruto sagrado, Sibö en ningún momento negó que se pudiera cosechar y procesar el fruto.
Las posibilidades laborales han sido escasas en la zona, lo que implica que en muchas ocasiones sus habitantes tengan que migrar para realizar trabajos mal remunerados, que ponen en riesgo su salud, como por ejemplo el trabajo en las bananeras transnacionales.
En cuanto a la dimensión laboral, nos comentaban que, en sus inicios, la forma de comercializar el cacao era a través de la venta de la semilla, y la producción y cosecha del cultivo eran actividades familiares. Sin embargo, el monto de remuneración por la semilla del cacao era realmente bajo.
A lo largo de los años, principalmente las mujeres han ido explorando otras formas de procesar el cacao, haciendo productos diversos como cacao en polvo, pasta, nibs, caramelizado, mermelada, o mezclándolo con otros productos de la zona como caña de azúcar, chile, jengibre, entre otros.
Sobre la dimensión social, han existido esfuerzos liderados por mujeres para generar mejores condiciones de vida y más fuentes de empleo en la comunidad, a través del fomento del turismo rural comunitario, la realización de procesos y capacitaciones para el fortalecimiento organizacional, el fomento de la autonomía de las mujeres y el cultivo y procesamiento del cacao.
Podemos afirmar que el cacao forma parte importante de las economías familiares, de sus relaciones sociales, culturales, organizativas y laborales, así como de su relación con la naturaleza. También se puede afirmar que las mujeres de estos territorios (donde la matrilinealidad es determinante en su sistema cultural) tienen un rol fundamental en la producción y reproducción de la vida y del cacao.
Fuente: Elaboración propia, fotos tomadas de mural en Acomuita, Shiroles, Talamanca. 2024.
Es por lo anterior que decidimos llevar a cabo un proceso comunitario que permitiera rescatar la historia y el valor del cacao en estos territorios, así como su relación con la formación de organizaciones lideradas por mujeres que, a través del trabajo colectivo, apuestan por crear mejores oportunidades para sus comunidades y familias.
A lo largo del año 2024, la editorial Desbordes, el Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y el Fondo S.O.S Sociocultural del Ministerio de Cultura, junto a mujeres pertenecientes a las organizaciones Asociación de Mujeres Indígenas Bribri y Cabécar de Talamanca (ACOMUITA), Stibrawpa y la Asociación de Turismo, Desarrollo y Agricultura Orgánica Yorkín (Aventuras Naturales), hemos estado trabajando en la realización del proyecto “Se´siwa ujte chok tsiru paké wa” (Rescatando nuestra tradición a través del cacao) en las comunidades de Yorkin, Watsi y Shiroles, en el Territorio Indígena Bribri de Talamanca, en la provincia de Limón, Costa Rica.
Esta iniciativa surgió con la intención de desarrollar un proceso participativo que contribuya a la revalorización y difusión del valor de la organización de las mujeres Bribris en Talamanca y sus familias, así como a dar a conocer la importancia del cacao en estos procesos.
Fuente: Elaboración propia, comunicaciones personales 2024.
Nos pareció relevante repensar el cacao desde una mirada y narrativa femenina, ya que en esta cultura el cacao es visto como un personaje femenino que existe desde la creación de los pueblos indígenas Bribris; son las mujeres las que más se involucran en las cosechas y preparación de productos derivados del cacao. Además, estas tres organizaciones que participan del proyecto fueron creadas y son lideradas por mujeres.
El proyecto ha sido generado desde la diversidad, la interculturalidad y el trabajo en equipo interdisciplinario, hecho por mujeres, con mujeres y para mujeres, utilizando metodologías horizontales, participativas, decoloniales y con perspectiva de género.
E l proceso ha conllevado la revisión de material bibliográfico, varias giras a la comunidad, reuniones de equipo presenciales y virtuales, entrevistas a personas expertas de la comunidad, relatos autobiográficos con lideresas de la zona, talleres socioeducativos de reconstrucción histórica con mujeres de las principales organizaciones vinculadas al proceso y capacitaciones para el fortalecimiento de sus proyectos productivos.
Fuente: Elaboración propia. Talamanca. 2024.
Actualmente estamos trabajando en una publicación que recupere la historia del cacao y de estas tres organizaciones de mujeres a partir de sus propios relatos, junto con el material gráfico que se generó en los talleres socioeducativos y en las sesiones de capacitación. Para finalizar, haremos un encuentro comunitario para compartir los resultados del proceso.
Este proceso nos ha permitido aprender sobre el valor de la diversidad y la interculturalidad, la necesidad del tejido comunitario y la organización frente a los retos actuales, la importancia de la autonomía y liderazgo de las mujeres en territorios indígenas, la relevancia que tiene el cacao en la cultura bribri, sobre formas conscientes de vincularse con la naturaleza, la urgencia de promover espacios para fortalecer el legado ancestral y la posibilidad de promover formas de turismo rural alternativas.
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