M.Sc. Andrey Badilla Solano
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La relación crítica del Estado costarricense con la seguridad social no responde a un momento coyuntural (2023) sino que es el resultado de una variedad de factores que intervienen en ella. Si bien los adeudos del Estado con la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) pueden ser rastreado hasta principios de la década de los 80, lo cierto es que las principales fuentes del endeudamiento estatal responden principalmente a la responsabilidad establecida en 1993 mediante la ley 7374 conocida como Ley de Indigencia, aunque su nombre correcto es Ley del Préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo para la construcción del Hospital San Rafael de Alajuela, en ella en los artículo 5 y 6 se crea la responsabilidad de contribución del Estado para aquellas poblaciones en condición de indigencia. Sin embargo, el Estado no asigna los recursos presupuestarios para hacer efectiva la contribución por lo que acumula una deuda con la seguridad social que aún perdura. A su vez, durante ese mismo quinquenio durante el periodo 1990-1994 da inicio el Plan Nacional de Desarrollo 90-94 el cual promovió la reforma del sector salud, transfiriendo las responsabilidades de la atención primaria antiguamente en manos del Ministerio de Salud a la Caja Costarricense del Seguro Social la cual se hizo efectiva a partir de año 1995, no obstante, nuevamente el Estado no le asigna recursos financieros a la institución para que esta pudiera asumir las nuevas responsabilidades. A grandes rasgos los dos antecedentes mencionados son los principales rubros en el monto adeudado por el Estado a la seguridad, aunque no son los únicos. El rubro correspondiente a dichos adeudos representa aproximadamente 6 billones de colones, lo que equivale aproximadamente entre el 6 – 7% del PIB de Costa Rica al 2020, es decir, es un rubro importante similar en tamaño al monto del déficit financiero del Estado, el cual al 2020 era de 8,05% del PIB nacional. Las razones detrás de por qué el Estado acumula una deuda tan grande con la seguridad social son muchas, podría alegarse que existe una mal praxis política de asignación de responsabilidades sin demostración de suficiencia de recursos, es decir, en ambos casos los gobiernos de turno crearon responsabilidades sin preocuparse por demostrar cómo y de dónde procederían los recursos necesarios para hacer efectivas las nuevas responsabilidades. Por otra parte, durante todo el periodo considerado desde 1980 hasta la actualidad (2023) los distintos gobiernos de turno han tenido que recurrir a una variedad de estrategias de financiamiento del déficit de gobierno, es decir, lo ingresos vía contribuciones fiscales han sido insuficientes para pagar las deudas del Estado con la seguridad social así como cumplir con los porcentajes establecidos constitucionalmente en salud y educación, por lo que los adeudos con la seguridad social son pagados a través más endeudamiento, ya sea interno o externo, además se ha recurrido a tecnicismo legales para recortar el monto adeudado o bien simple y, llanamente ignorar la situación y heredarla al siguiente gobierno.
Los movimientos sociales deben enfocarse en primera instancia en llegar a un acuerdo de pago entre Hacienda y la CCSS por el montón total adeudado, a la vez debe crearse la partida presupuestaria para el Estado pague de manera regular las responsabilidades que tiene con la población de indigencia y otras poblaciones con cobertura del Estado, dado que sin ella el Estado volverá a acumular otra deuda con la seguridad social en un nuevo periodo. Por otra parte, quizás en el fondo el problema radique más bien en cómo lograr un proceso de consolidación fiscal progresista y suficiente para cubrir todas y cada una de las responsabilidades del Estado social de derecho.
M.Sc. Patricia Oliva Barboza
Percibo que, en la Investigación, las artes despiertan cierta sospecha, como pasa también con las Ciencias Sociales que no siempre son igualmente valoradas como ciencia. Quienes exploramos desde las artes (en sus distintas expresiones) percibimos esa “cara de duda” cuando comentamos de nuestros proyectos, investigaciones y propuestas, por eso le llamé a este blog: Atravesando con arte los saberes.
Atravesar, entrar sin permiso, incomodar, intervenir, son palabras que me permiten describir, aunque sea sólo un poco, la sensación de investigar desde las artes.
Indagar desde/con/para las artes es repensar otras formas de comunicar, otros lenguajes de escritura, otros medios de búsqueda de información, otros métodos no tan conocidos de generar conocimiento.
La sospecha aumenta cuando son proyectos sobre arte que se sostienen desde teorías críticas como la teoría feminista o bien desde la lucha por los derechos de las personas con menos oportunidades que son discriminadas en una sociedad desigual, lo cual prácticamente es el abordaje de una gran mayoría de los proyectos en Ciencias Sociales.
Compañeras de arte y compañeros(as) de investigación del CICDE[1] lo sabemos bien. Destaco el trabajo de Luis Alonso Herra Rojas, él conoce bien el significado de “atravesar” con sus propuestas que fusionan estudios en arquitectura con las luchas LGBTIQ+, nosotres sabemos que nuestro trabajo es más sospechoso, levanta cierta duda e incomodidad.
Mi proceso de “atravesar la investigación” me acercó a las artistas escénicas costarricenses no desde la práctica de la danza, esta vez fue un “acercarse distinto” desarrollando un proyecto para visibilizar la desigualdad de las mujeres en la danza y el teatro. Para muchas de las artistas (bailarinas y actrices) fue interesante sentirse parte de un proyecto de investigación, claro que ya existían investigaciones importantes, desde otros enfoques, en todo caso fue un momento que activó una alerta importante
Un segundo proyecto me permitió explorar a partir de las escenas de dos obras de arte como medios de información, ello significó colocar el arte como fuente primaria de recopilación y producción de conocimiento.
La experiencia de construir un archivo sobre arte y diversidad, lo que podría parecer un simple listado evidencia que todo registro o recopilación tiene un significado político. El Archivo diverso lo componen artistas que si no se registran mueren en la historia, utilizando el término de Pollock[2]: se trata de una “intervención histórica”. Los archivos y registros que venimos haciendo desde nuestros proyectos son un ejercicio de intervención: “nos toca atravesar también la historia”.
Una se da cuenta de lo “atravesada” que pueden ser nuestras propuestas cuando en una reciente actividad de presentación del libro: Removiéndonos. Danza y cotidianidad durante la pandemia (en coautoría con Vanessa de la O) que se realizó en la Escuela Superior de Danza de Málaga, reconocen la urgencia de fortalecer mucho más los vínculos entre investigación y danza, y la importancia de promover la investigación entre los y las estudiantes de arte.
Nunca tuve tanta claridad en la utilización de la danza como técnica de investigación, ni en el movimiento como búsqueda teórica, crear desde nosotres siempre será necesario.
“Atravesar” es lograr un análisis a partir de una obra, generar análisis desde la corporalidad y el movimiento, que el cuerpo sea la fuente base.
Atravesar la calle en rojo, sin permiso, pasar un poquito por encima de los espacios académicos conservadores.
Atravesar los espacios en los que no deberíamos estar, en donde no nos esperan, ahí es donde es necesario continuar.
[2] Griselda Pollock, Visión y Diferencia. Feminismo, feminidad e historias del arte (Buenos Aires: Fioro,2015)
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